martes, 8 de enero de 2013

APRENDER JAPONÉS EN UN MES SIN ESTRÉS, capítulo quinto: "Tomar un piscolabis" (sobre los palillos y otros usos o costumbres).

  ÍNDICE GENERAL: Pulsando el siguiente enlace, se llega a un índice general, que contiene los artículos que hemos editado en “DEL CIPANGO AL SPANGO". PARA LLEGAR A ELLOS, hacer clik sobre:  https://delcipangoalspango.blogspot.com/2023/01/indice-de-articulos-de-del-cipango-al.html



AL LADO:
Aprovecho el día de hoy, para introducir esta caricatura que pintába el pasado siete, mientras seguíamos el transcurso de las elecciones en Norteamérica. Hice ese dibujo de Obama poniendo a D.Mariano en "off the record", pensando en un medio de presentarle a tercer mandato; porque creo que ya no vemos muchas más salidas a nuestra economía, debido a "las ayudas prestadas" por la Sra. Merkel (que parece querer olvidar la Historia de Europa, plena de apoyos y reconstrucciones de Alemania...). Y es que hoy, el Mundo está tan interconectado y unido, que resulta más importante saber quien ganará las elecciones en Estados Unidos, que interesarse por el que las vence en tu propia nación.Todo ello me lleva a una extraña reflexión en la que con pasmo miro como nuestro país (antes llamado España) se fracciona; precisamente en un momento en el que el Planeta cada día se hace más pequeño y más global.
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Por todo lo que querría -desde aquí- hacer un homenaje al gran Mingote y a una de las viñetas suyas que más me gustó. Dibujo que publicó en ABC hacia 1980, en plena "efervescencia" autonómica; días en los que aquel genio del humor dibujaba el siguiente chiste: Figuraba una bola del Mundo en medio del Cosmos, donde dificilmente se veía una pequeña zona que parecía la Península Ibérica. Desde allí salía un bocado que decía: -"¿YO?. ¿DE MATALASCABRILLAS DE ABAJO?. NI HABLAR, YO SOY DE MATALASCABRILLAS DE ARRIBA... . ¡QUE NO TIENE NADA, PERO NADA, QUE VER!"-. En esos días tenía yo unos diecinueve años y publiqué un artículo que más abajo invito a todos a leer en diferentes entradas en donde lo he analizado tres décadas después. Fue aquella la última vez que me editaron algo en España... . Hasta que hace unos seis años, un buen amigo de Valladolid volvió a interesarse por mis trabajos, sacándolos a la luz y animándome a darlos a conocer. PARA QUIENES DESÉEN CONSULTAR MI ETIMOLOGíA DE LA PALABRA ESPAÑA, PUEDEN VER ARTÍCULO Y SU ANÁLISIS PULSANDO LINEAS DE LINK:
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1ª- LO INVISIBLE EN LA PALABRA "Hispania" (etimolgía de las voces IBERIA e HISPANIA).- INICIAMOS UNA SERIE EN LA QUE EXPONDREMOS NUESTRA TEORÍA SOBRE LA PALABRA ESPAÑA E IBERIA, LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE ERAN SINÓNIMAS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/blog-post.html
2ª- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: HISPANIA (Segunda parte) VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-palabra-segunda.html
3ª- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: HISPANIA (Tercera parte) VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/c.html
4ª- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: Iberia - Hispania (continuación) -más sobre nuestra etimología de España e Iberia-. -SIGUE SOBRE ETIMOLOGÍAS DE ESPAÑA E IBERIA- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-palabra-iberia.html
5ª- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: Hispania - Iberia (en los autores clásicos). VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-palbra-hispania.html
6ª- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: Iberia - Hispania (los otros iberos). -TERMINAMOS AQUÍ CON EL SIGNIFICADO DE IBERO Y ESPAÑOL; LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE ES SINÓNIMO ALGO QUE SE DEMUESTRA EN VARIOS IDIOMAS TANTO COMO EN OTROS PUNTOS DEL MEDITERRANEO O ANATOLIA DE IGUAL NOMBRE.- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-palabra-iberia_30.html
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ABAJO: La barbería-peluquería es uno de los lugares que podemos encontrar facilmente en cualquier zona del Mundo. Ello porque su cartel es universal, tanto que esos rulos con bandas azules y rojas sobre fondo blanco, son un símbolo que he podido observar con un mismo significado en todo país y latitud. Curiosamente la guitarra -como instrumento- se desarrolló en las barberías (andaluzas) del siglo XIX y principios del XX; cuando no había todavía radio y las gentes se agolpaban en las peluquerías para oirla o tocarla -donde que se guardaban varias, con el fin de atraer y hacer disfrutar a la clientela-. Uno de los guirarristas con los que compartí escenario y peripecias en Japón (hace más de veinte años) era un famoso flamenco que comenzó en su niñez de guitarrista-barbero. Gracioso como nadie, decía que en País del Sol Naciente lo peor era "pelarse", porque cobraban por aquel entonces cincomil yens -cincuenta euros de hoy, que comparado con las ochocientas pesetas que costaba cortase el pelo en España, era una barbaridad-. Así que había decidido ir siempre a la "barbería" de un amigo japonés con una paellera, donde ofrecía hacerles un arrocito a cambio de que le acicalaran gratis... . Aquello de ver a todos los japoneses sentados o trabajando en las sillas de peluquero, mientras el andaluz preparaba en un infiernillo la paellita y con el local oliendo a marisco, era un espectáculo inigualable. Para terminar y tras el cortado de el ilustre cocinero (mientras reposaba el arroz); venía la cata e ingesta a cargo de los presentes -fueran clientes o peluqueros-; quienes siempre daban la enhorabuena por tan buen punto de cocina... . "La cosa", aunque no era muy higiénica, sí resultaba muy divertida.


Hoy vamos a aprender algunos giros y expresiones fundamentales para poder salir y tomar algo en Japón (o con japoneses). Aunque para ello, lo primero es practricar con los palillos, que allí se denominan "hashi". Instrumentos que como un buen andaluz me enseñó, les decían "jasi" en Japón, porque "era ´jasí` como se come" (haciendo el gesto de como han de cogerse). Tras este mal chiste y antes que nada diremos que previamente a usarlos, debemos recordar siempre al utilizarlos lo concerniente al significado cultural de ellos. Dado que cumplen una función ritual y hasta religiosa de gran importancia, tanto que entre las costumbres funerarias se halla el uso de los palillos. La ceremonia a la que me refiero es la denominada "Hasi Watashi", cuya traducción sería "soy yo tu puente" y por la que los familiares muy cercanos al difunto -tras haber sido este incinerado- tienen el deber de recoger los restos del fallecido cremado con unos palillos, e introducirlos en la urna cineraria (para su porterior inhumación). Enterramiento de esos huesos que se lleva a cabo después de transcurrir un "Pentecostés" o vigilia de siete semanas; cuarenta y nueve días en los que se espera hasta que el alma del difunto "llege al cielo".
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Cuanto relatamos resultará de una gran dureza para quien nos lea, pero es algo de importancia para quienes deséen tratar con japoneses. Porque con ello podremos comprender y conocer el verdadero significado ancestral de las costumbres nipponas (entre cuyos usos está la veneración a objetos tan comunes como los de comer). Unas costumbres tan complejas que la inhumación funeraria comprende esta triste ceremonia en la que quienes más te quieren, te han de "guardar y transportar" -después de ser quemado- con los mismos palillos con los que comunmente se toman los alimentos. Un ritual que solo se puede hacer con un tremendo cariño hacia aquel que tenemos el deber de "recoger como puente"; y que despertará a todos la enorme consciencia de lo que es El Hombre, desde el punto de vista antropológico. Siendo cuanto explicamos algo que no está tan lejano a las liturgias religiosas mediterráneas -por mucho que se empeñen en demostrar lo contrario-, donde se repite: "Tomad y comed todos de él, este es mi cuerpo y esta es mi sangre...".
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Por cuanto decimos, es imprescindible que Ud. use los palillos con corrección, algo que supone nunca los deje dentro de la comida y mucho menos clavados sobre ella. Puesto que ensartar un par de palillos en un plato (preferentemente de arroz) significará que alguien ha muerto. Un concepto que nace de las cenas de funeral (siempre se celebra un banquete de familiares, tras la cremación), que se han de presidir con un lugar vacío correspondiente al del difunto. Plaza "vacante" en la que se pondrá la misma cantidad de comida que al resto de invitados y en cuyos cuencos se clavarán los palillos -sobre el del arroz-. Significando el rito claramente dónde está el "puente" hacia el vacío que deja el que se nos fue, quien ya vive en nuestro interior y que como cuantos alimentos se van a ingerir, pertenece al reino de los muertos. Una costumbre que los occidentales quizás veamos lejana, pero que no lo es tanto por cuanto significa expresar la muerte inmersa en la realidad de la vida. Explicando cómo el fallecido ha de ser conservado entre nosotros en la figura y forma de aquello que ingerimos -en sustitución, honor o gratitud de él-. Todo lo que -como vemos- no es tan ajeno a la filosofía de la Comunión; de un mismo modo que los conceptos de metempsicosis y renacimiento no lo fueron para los primeros cristianos (ya que la reencarnación fue declarada anatema tan solo después de Nicea -en el año 327 d.C.-).

AL LADO y ABAJO:
Diferente sucesión de fotos en la que vemos ensamblar de unos palillos desmontables (primero en su caja, luego enroscándolos y finalmente ya listos para comer con ellos). No es muy normal el uso de este tipo de palillos, ya que comunmente son de madera de balsa y tras utilizarlos los parten, tirándolos a la basura. Algo que me ha llamado la atención pues es tal la cantidad de palitos de estos que se arrojan al basurero diariamente, que estoy seguro si una empresa los reciclase para convertirlos en briquetas, se podrían calentar miles de hogares (quizás a las que no les sobra mucho para gastar en calefacción). Siempre que lo comento me miran con cara de "este es un maciano"; puesto que les faltan probablemente las estufas adecuadas. Aunque desde España se les podrían exportar unas buenas estufitas con ese fin -una idea que se me ocurre, para otro emprendedor y para que convencerles de reciclar los palillos que tiran diriamente a la basura y por millones-.

Pero pasemos a temas más divertidos, aunque siempre advirtiendo que si hablamos de Japón y Ud. se halla en ese país (o entre sus gentes), nunca debe olvidarse de dos cosas: De reir (primero) y de pensar en el mundo espiritual y de los difuntos (en segundo lugar). Ello concede a la nación del Sol Naciente un "tono" y "olor" agridulce, en el que se mezcla la risa y el llanto; tanto que un japonés no conciben vivir más que para hacer esas dos cosas: Reir y llorar (y cuanto más, mejor). Debido a esta necesidad continua de reirse -e incluso la de llorar-, en mi opinión esa civilización goza de un equilibrio emocional inigualable; tanto que nadie expresa innecesariamente los sentimientos (al menos "fuera de casa"). De tal manera, en caso de sucederse un accidente o de existir un percance, ni se inmutan y son capaces de mantener la compostura hasta en los momentos más difíciles. Ello hasta el punto de que habiendo tenido algún accidente (de bicicleta y no de coche -por fortuna-) y siendo yo el culpable del choque; aquel al que has atropellado o hecho caer de su bici, viene pronto a pedirte disculpas. Presentando sus respetos y pidiendo mil perdones; tanto que a mí siempre me dan ganas de preguntarle: -"Oye. ¿Pero no he sido yo el que ha provocado que te hayas caido?. Y... ¿Por qué no me mandas tú ´a paseo`, es que sino me entran serias dudas mandarte yo a la M....?".
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Referente a ello, hace como veinte años y llevando ya varios meses en Japón, vino un tio de mi mujer a preguntarme qué era lo que más echaba de menos tras tanto tiempo de ausencia en mi país. Yo le dije que "los tacos"; a lo que el pobre japonés no daba crédito... . Tras ello me preguntó "por qué" y le contesté que aquello era como la salsa de una buena comida. Intenté explicarle que el Premio Nobel (Camilo José Cela -por entonces vivo-) era especialista en "tacos" y groserías diversas; tanto que había editado un maravilloso diccionario en el que se definía cientos de veces la palabra "cojón"... . Pero nada, aquel hombre japonés no me entendía. Así que desistí de explicarle más y me limité a decir que lo que más echaba en falta era la fabada... (eso lo entendía muy bien y es que los japoneses siempre viajan con comida, como todos los pueblos muy antiguos). También por aquellos días en que estaba "como mustio", tuve la fortuna de llamar a un amigo a España y que me sucediera un milagro durante esa conversación telefónica, que a continuación describo:
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Resultó que debía telefonear a este conocido por un asunto de empresa -hace más de veinte años, solo se hablaba de España a Japón cuando era obligado-. De lo que marqué su número y me descolgó su hijo; por entonces un adolescente (hasta aquí todo normal). Pregunté por su padre y aquel niño me soltó: -"So ´mamón`, te voy a dar de leches por lo golfo que eres; verás la paliza que de doy so gili..."-. Tras ello me colgó, mientras se oía de lejos como seguía profiriendo todo tipo de burradas... . Yo, al escucharlo, con gran alegría le dije a mi mujer: -"Mira que maravilla, acabo de llamar a "fulanito", se ha puesto su hijo que me ha confundido con alguien y no sabes lo que me ha soltado... . Pero qué bestia... . ¡Qué gracia tienen los españoles desde niños!"-. Acto seguido volví a telefonear y ya me atendió el padre, quien me pidió mil disculpas pues su nene me había confundido con un novio de su hermana que "no se qué mal rollo" tenía con ellos. Evidentemente, yo le expliqué que de disculpas nada; que llevaba meses sin oir un mal taco y que aquello me había sonado como un aria de Bach -pura música-. Esta persona con la que hablaba, era un ejecutivo muy viajado y que se pateaba el mundo de hotel en hotel; por lo que me reconoció que a él le pasaba lo mismo: Vivir sin escuchar un mal taco o una salvajada de esas que se oyen de continuo en nuestro país, era muy triste. Se alegró enormemente de que su hijo me hubiera llamado de todo e insultado de aquella manera tan grosera, y así quedamos casi como si fuéramos familia desde entonces (una amistad que dura ya más de dos décadas).
AL LADO:
Los típicos palillos que verá en todo restaurante son estos de la foto. No nos referimos a los "palillos de bar" que se observan también en imagen y que tienen el bonito alias de "mondadientes"... . Sinó a los que hay en el centro, envueltos en fundas de papel. Cuando vaya a tomar algo, coja uno de ellos y sepárelos (ya que vienen unidos en su extremo); usándolos como si fueran sus cubiertos. Pronto comprenderá que no es lo mismo comer con algo de madera a hacerlo con objetos de metal (que varían el "sabor", el tacto y la temperatura de los alimentos). Con el tiempo, no podrá degustar del mismo modo las cosas con palillos y con tenedor, al sentir que la madera es inocua, dejando limpia de sabores la boca.
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ABAJO:
Si está Ud. buscando dónde tomar algo y no lo encuentra, es importante que siempre se fije en ciertos detalles de las tiendas. Por ejemplo, si ve esta bolita de musgo en exterior (como la que se observa en el extremo derecha de la foto) se trata de una tienda-casa de "sake" que acaba de preparar y terminar la cosecha del líquido elemento, preparado en bodega propia. Si ve un anagrama que le parece una verdura con manos y pies (como vemos en el centro sobre la puerta) seguro que es una verdulería o un lugar donde venden cosas de huerta. Si observa que en el exterior hay sillas y mesas, no crea que es un lugar donde se puede sentar a beber para tomar algo. No se confíe pués puede Ud. meterse sin darse cuenta en cualquier casa o fábrica, habida cuenta que en Japón lo privado y lo público se mezclan tanto como para poder bañarse en exterior -al menos en las zonas de Onzen (o balnearios) donde se encuentra uno a viejecitos en "porra picada" tomando sus aguas-.
Pero sigamos con los palillos: Tal como decíamos, la norma usual es la de nunca clavarlos sobre alimento alguno, siendo una falta de educación si los deja dentro del plato y más ensartados sobre cualquier comida, en plan banderrillas. Por ello, tras usarlos (en forma de pinza y nunca como pinchos taurinos) lo mejor es que los deposite frente a Ud.. Es algo que debe hacer apoyándolos sobre la mesa, poniendo el extremo en el salvapalillos, que es una pieza cerámica (o de piedra) que verá frente, o al lado de sus platitos. Por lo demás, para decir que un alimento le gusta bastará pronunciar una palabra parecida a "hoy sí", aunque si la dice en plan exagerado y como haciendo que "se le cayera la manita" les va a gustar más. Para ello debe pronunciar fuertemente como un "¡¡AY SÍ!!" pero concretamente diciendo -"¡Oy sí!"-, de manera muy alegre y verá como le entienden (quedando todos encantados). Así, cuando algo le guste no dude en pronunciar la palabra mágica (aunque le parezca un tanto rara) expresando fuertemente "Oyyy siii", y los japoneses se pondrán felices -para ellos las alegrías espirituales pueden comenzar en el estómago...-. Por lo demás, verá que tienen la costumbre de decirla ellos con la boca llena, aunque entre las mujeres se tapan los dientes con la mano. Siendo de gran extrañeza para un occidental ver a gentes tan educadas abriendo la "hormigonera" -en plena comida...- y gritando lo de "¡Oy sí!" . Pero no se preocupe, es una simple costumbre; mire Ud. para otro lado, es como cuando vemos en los bares los suelos llenos de restos... . Cada país tiene sus cosas y a los japoneses les parece muy divertido lo de abrir toda la boca llena, para decirnos en ese momento que algo está riquísimo... -¡¡¡OY SI!!!-.
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Nunca se preocupe si un anfitrión, el camerero u otra persona, le preguntase en la mesa "Y CAGA DESKA"; pues ello significa si le apetece comer "eso". De tal manera la pregunta es así -"Ykaga deshka"-; y aunque a primer sonido a Ud. le va a resultar más bien a una invitación al "W.C.", realmente le están preguntando si desea tomar algo que le ofrecen. Con lo que le digo ya sabe cómo decir a un japonés si le apetece comer un determinado alimento, pero no sea malicioso y no le termine la pregunta como "¿Y C.... de esta?". Sobre todo porque puede que el nippón sepa algo de español y le mande a paseo al oir la guarrería. Por cierto, para dar respuesta a esa pregunta -y a muchas más-, puede contestar Ud. con una afirmación que es "multiuso" y muy útil en Japón. Ella es simplemente la expresión -"iii"-, pronunciando una "i" larga cuyo significado es "sí", "de acuerdo", "muy bien" y hasta "gracias" (según en que momento la pronuncie). Esta muletilla que le enseño de veras es muy, muy útil en Japón, tanto que sabiendo decirles "iiiii" -o bien "iiiii na"-, de forma agradable puede llegar a ganárselos. De ello y como en japonés la forma interrogativa se realiza poniendo otra muletilla (que actúa a modo de signo de pregunta) y que se dice "DESH KA?". Ya sabemos cuestionar cualquier cosa en este idioma; bastando para ello con expresar -"iií Desh ka?-; lo que se entiende por cualquier pregunta ("te apetece", "quieres", "vas", "entras", "sales" etc.etc).
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Por el contrario, el idioma nippón, carece practicamente de la expresión directa y occidental "No"; un giro japonés que solo ha de usar en familia o con gente de mucha confianza. Debiéndose de contestar "No" con cuidado -o dando un rodeo-, cuando a alguien no se le puede ofrecer, decir, o dar, lo que nos pide. De tal manera para expresar "no" en japonés, se debe decir de forma casi igual a "sí"; pero poniendo una "e" al final. La palabra de negación es "iiíe", que tras pronunciarse con cuidado, luego debe explicarla, expresando los motivos de su negación. Si puede hablarles así en su idioma o en otro que esté tratando un asunto -o negocio-, habrá ganado mucho frente a ellos. Ya que decirles las cosas directamente o negar de manera rotunda, se considera una falta de cortesía (cuando no, de inteligencia).
AL LADO:
Uno de los "problemas" a los que nos enfrentamos en la cocina japonesa es la riqueza y personalidad de muchos de sus sabores. Pese a ello, los españoles acostumbrados a comer mariscos, quesos ostras o erizos de mar, no tenemos prácticamente trabas para degustar la enorme y riquísima y variación de gustos nippones. Entre ellos, uno de los más fuertes sabores es el del "nató"; setas fermentadas cuyo olor se acerca al del queso azul (y que gusta a muchos occidentales). Encontrándose también en Japón alimentos, mezclas y salsas, que en el Mediterráneo se perdieron hace miles de años. Un ejemplo de ello es el Garum (garo), antiguo "batido" de pescado hecho con restos de anchoas, que se comercializaba en la Península Ibérica desde la llegada de los fenicios. Salsa que dicen las fuentes clásicas se fabricaba en Malaka o Gadir hasta época de los cartagineses y cuya base entonces fue el escómbrido y los restos de caballa. Más tarde, parece que los romanos la hicieron en sus factorías de Hispania -entre ellas la de Baelo Claudia- principalmente compuesta de boquerones. Años más tarde, este Garum, sus factorías de origen milenario y su secreto, se perdieron en todo el Mediterráneo. Aunque fue nuevamente encontrado por los europeos en Asia, donde nunca se había extinguido el uso de aquel condimento exquisito y ancestral. En la foto podemos ver unos calamares crudos, aderezados a la japonesa con ese garum; llamado entre los nippones Nampla (nombre que este preparado tiene en gran parte del sudeste asiático).
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ABAJO:
Si Ud. está apurado en su hotel o en cualquier lugar de Japón, uno de los mejores recursos es el "Cup Noodel", que ya reparten hasta en los aviones. Una simple copa plástica, donde se vierte agua hirviendo hasta arriba y tras esperar cinco minutos, podemos tener una sopa de fideos aceptable. Si puede prepararlos en su hotel, pruebe siempre a sacarlos de la copa y hacerlos en otro recipiente a ser posible cerámico (para quitar el sabor plástico). Pero sobre todo, si tiene a mano un poco de aceite de oliva, vierta un chorrito sobre la sopa antes de tomarla y verá cómo gana en sabor. Estas copas de "noodles" las hay de curry, carne y de marisco; a mí la que más me gusta es esta que traigo a imágen "sea food", que con un poco de aceite de oliva verdaderamente puede sustituir una comida y tan solo vale unos 200 yens (unos 2 euros).

Como decíamos, los sabores japoneses más complejos no son extraños para un español; menos aún para un gallego o un andaluz, ya que entre los más finos manjares se hallan el oricio (erizo de mar, al que denominan "uni") y la lamprea (llamada "anago"). Pudiendo decirse que los "sushis" más finos son estos de lamprea y de huevas de oricio, cuyo tacto y degustación son en mi opinión de las mejores que pueden tomarse en este país. Por lo demás, cuando uno ve cortar y cocinar a un japonés, aprende que en esa civilización no cabe la chapuza, ni el trabajo sin una perfección absoluta. Siendo una constante de lo nippón precisamente esa meticulosidad y el perfeccionamiento casi enfermizo; algo que veremos en todo lo que hacen y preparan. Además de la minuciosidad y la observación completa el mundo japonés mantiene un constante análisis, con el que no dejan cabo suelto ni mirada que no se fije en el último y más pequeño detalle.
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Lo que apuntamos se incrementa y completa en el mundo gastronómico, con el uso de los palillos (para cocinar o para comer). Un "artilugio" que todo japonés y cuantos convivimos con ellos, usamos como si fueran los dedos; lo que en principio permite no tener que tocar la comida (con las manos, como en ocasiones realizan de manera abusiva los cheffs occidentales...). Pero a su vez, los palillos no transmiten sabores a la boca en el momento de degustar alimentos. Un hecho este que me han discutido algunos europeos, pero que en el caso de los españoles pronto se dan cuenta de su veracidad. Bastando explicarles para que lo entiendan que no son iguales unas angulas degustadas con tenedor de madera o de metal, tanto como no tiene el mismo tacto una ostra tomada directamente desde la concha, o cuando se sirve en la boca con una cuchara metálica.
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Pero sigamos con nuestras clases de japonés, en las que habíamos aprendido a decir que algo estaba muy bueno y cuya expresión era parecida a "Ay sí" -que ya sabemos es "OY SI"-. Siendo muy importante aprender también a preguntar por algún lugar o alguien que pueda darnos de comer, para lo que bastará decirles "TABERNA". Con ello los japoneses entenderán que Ud. está hambriento, ya que aunque ha pronunciado "taberna", lo que comprenderán será "taberu-na", cuyo significado es "no he comido". Siendo otra forma de solicitarles "pitanza" decir -"UNA CASITA"-; lo que los nippones rápidamente entenderán como "Onaka Suita", cuya traducción es exactamente: -"Tengo hambre"-. Con ambas palabras "TABERNA" o bien "UNA CASITA", ya sabemos que puede Ud. expresar que está peor que Carpanta en Viernes Santo y de seguro alguien le llevará hasta lugar donde "restauren" su famélica situación.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, un plato de pasta "soba" en su cuenco de bambú y listo para degustarse; abajo el menú. No se apure, si llega y no entiende nada, diga simplemente lo de "Oy si", verá como le ponen lo mejor. Por lo demás los precios de estos restaurantes rápidos no suelen superar los diez o quince euros por persona. Uno de los más baratos y deliciosos menús de Japón son estos de fideos denominados "soba" o bien los de "lamen"; cuyo precio normalmente es de diez euros (mil yens). De ello, si Ud. recuerda esas palabras -"lamen" o "soba"-, y expresa "una casita, lamen" (o bien "una casita soba), le pueden indicar dónde hay un restaurante de pasta rápida. Les aseguro que es magnífica su calidad, aunque curiosamente hasta Occidente no han llegado locales con este tipo de comida. Ya que en los muchísimos restaurantes nippones (algunos semi-japoneses) que hay extendidos por toda nuestra geografía, apenas se sirve lamen -y menos soba-. He aquí otra idea para un emprendedor, que sería la de montar un restaurante de esa comida rápida japonesa (pasta que se puede encargar y comprar a Japón directamente). Una cocina que se aprende con toda facilidad y que en un pequeño local de apenas unos metros cuadrados se sirve; ya que debido a sus características se puede poner hasta en grandes vasos o copas, para llevar. Estas y otras muchas recetas simples japonesas, pueden ser una opción para quienes deseén abrir nuevos proyectos en Occidente.
En las imágenes anteriores hemos visto dos platos típicos japoneses con cuyos nombres los occidentales a veces bromean. Uno porque se llama "lamen" y suena "muy erótico"; pese a que en hiragana y junto al alfabeto lo veremos escrito como "ramen" (para leerse "lamen"...). El otro no es menos "sensual" ya que se denomina "soba", cuya base es una harina especial de este nombre tan curioso. Recuerdo que hace unos años, un empresario japonés al que le gustaba mucho la gastronomía francesa me comentó que en París estaban teníendo gran éxito los "creps" de harina de "soba". Aquel era un hombre de negocios muy importante, con el que tuve el infortunio de que iniciara esta conversación de gastronomía, ya que "harina de soba" en japonés se dice "soba-co". Así que cada vez que me comentaba lo buenos que eran los "creps" de "soba-co", a mí me daba el desternille. Finalmente no pudiendo parar de poner caras raras intenté explicarle mi risa tonta, quedando aquel hombre tan impotante muy ausustado de mi pobreza intelectual.
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Tras este lapsus un tanto guarro, seguimos con las frases durante las comidas, debiendo saber que es muy importante no denominar nunca a la vaca por su nombre. Ello, porque en japonés "baca" es un taco bastante insultante, cuya traducción se acerca a "idiota" o "imbécil" (con algo más de agresividad en su expresión; algo así como "gili"). Pese a ello, si lo completamos como improperio nippón, diremos que su peor expresión es la de "baca-iaro", cuyo verdadero sonido es muy, muy parecido a "bacalao". Por lo que es importante que ante japoneses no mencione estas dos palabras (Vaca, ni Bacalao), ya que normalmente hay alguno que se da por aludido -por mucho que Ud. intente explicar que no ha dicho eso que en nuestra lengua corresponde a "gili...puertas"-. De un mismo modo, es igualmente deseable que jamás se refiera al "ajo" frente a ellos, habida cuenta que "ajo" -así dicho- tiene un sentido muy parecido a "vaca" y "bacalao"; es decir "tonto del c...". Ello se lo hacemos destacar porque una pregunta típica es la de señalar el plato cuestionando si algo lleva "ajo", es de "vaca" o se trata de "bacalao"; lo que para los niponnes resulta como si Ud. se interesa por si en la comida hay: "Imbéciles", "gili..." o "tontos del c...".
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Una mención especial necesita la palabra "caray", cuyo significado en japonés es "picante" y que tiene por origen claramente la voz hispano-lusa "carayo" o "caray". Vocablo que al parecer es el taco más antiguo existente en el idioma español y que procede del término árabe igual (carajo) cuyo sentido en esa lengua es el de "sexo masculino". Palabra ancestral semita que quedó en el castellano, el portugués y el gallego en estas formas de "carayo" y "caray", como expresión de sorpresa o de susto. Pero que entre los japoneses significa que la comida está picante; algo que sin lugar a dudas lo "exportaron" los españoles o los portugueses que llegaron a este país en el siglo XVI (quizás los jesuitas...). Habida cuenta que "picante" no solo concierne a un sabor y también se entiende por "lo sexual" o lo "excitante"; todo lo que explica que este "caray" japonés tenga ese significado de "comida ardiente".
AL LADO:
En estos restaurantes de pasta (los de soba) una de las cosas más agradables que sirven son los fritos; crujientes que ponen para añadir a las sopas, acompañando y dando un sabor magnífico al plato. Suelen freir esas verduras, pescados -e incluso queso- en aceite de sésamo; aunque estamos intentando convencerles de que usen el de oliva (pese a que da un sabor muy diferente). Al parecer, el toque especial con el que consiguen estos fritos tan buenos es la altísima temperartura, tanto como la técnica y la limpieza del aceite que utilizan. En la imagen vemos un platito de estos crujientes para ser puestos sobre las sopas o la pasta.
ABAJO: Uno de estos maestros de soba, en pleno oficio -sale borroso porque es así, no para; se mueve más que los precios con el euro-. La pasta al parecer tiene bastante trabajo y se ha de preparar a primera hora (dejándolos finalizados antes de las nueve de la mañana); amasándose en una especie de polenta que luego se cortará en finas tiras. El resultado del laborioso trabajo son los "espaguetis" hechos a cuchillo que veíamos en la foto anterior -ya cocidos y dispuestos en un plato de bambú-. Pese a ello, el primer proceso comentan los artesanos de la soba que es el más costoso; ya que consiste en hacer durante la madrugada esa masa (de "soba-co") que luego se cortará en la forma de fideos largos. Tras ello, cada vez que viene el cliente se cuece su ración en una gran cazuela, de la que se extrae parte del agua utilizada para hervir, que tras saborizarse (con soja) puede beberse como un té o sopa y mezclarse con los fritos. Todo un magnífico plato que por la pequeña cantidad de mil yens (diez euros) puede degustarse en cualquier lugar de Japón.

Siguiendo con la mesa, también es muy importante que Ud. sepa brindar, para lo que nunca debe decir "chin-chin". Ello porque esta palabra significa en japonés "pene" o "pito"; algo que dicho así de pronto, en la mesa y mientras toma una copa en la mano, frente a señoras o gentes de bien; puede resultarles más que extraño. Por lo que para "chinchinear" con los japoneses debe decir "campay", una voz muy similar a "campo hay" y cuya traducción es el "salud" -que se utiliza tan poco entre los españoles para el brindis de mesa-. Pese a ello, en Japón el mencionado "campay" es fundamental, tanto que es casi un ritual que podrá ver como ceremonia de empresa, de amistad, e incluso religiosa (dado que en el sintoismo el sake cumple un función cercana a la que el vino tiene en el cristianismo). Por lo demás, cuando quiera que le sirvan un poquito o un chupito, bastará con decirles eso: "Chovito" (no chochito...). Habida cuenta que "chovito" significa exactamente un poquito -de licor o de bebida-, voz cuya traducción exacta es la de "un chupito"; similitudes tantas que a mi parecer mucho pudieron tener que ver en origen... .
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Igualmente dos expresiones más muy utilizadas en la mesa, posiblemente son de raiz hispana u occidental. Una de ellas es "choto", que se traduce por "poco" y que quizás derive de "corto" o "short"; vocablo usado en Japón normalmente para cuando no se desea que le pongan gran cantidad de alimentos o condimentos. A su vez, "moto" significa "más" y en mi opinión se relaciona claramente con las palabras "molto" y "mucho", de origen latino. De tal manera, en lo que llevamos visto podemos ya decir que nos pongan un chupito (chovito), un corto o un poco de algo (choto), tanto como pedir que nos sirvan más u otra vez (moto). Y si deseamos que nos pongan "un poco más" sera "mo-choto", al igual que si queremos "mucho más" bastará con decirles simplemente "moto", "moto". Evidentemente, ello hay que practicarlo un poco porque sinó entre "choto", "mo choto", "chovito" y "moto" y la "motito", puede que no se aclare y se ponga a pedirles "chivito", "poquito", "mi choto" o "chochito"; y así termine Ud. como una "moto".
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Finalmente, otro dato curioso es que al pan se le dice "pan" en japonés. Sobre ello y en una ocasión mientras estudiaba la lengua del Sol Naciente desde un método escrito en portugués (dado que por aquel entonces aún no los había en español); vi con extrañeza como ese libro afirmaba que los japoneses denominaban "pan" a este alimento, por influencia lisboeta y desde el término luso, "pao"... . En ese momento me vino a la memoria que a mi padre le sucedió lo mismo en Tokio, cuando tras una comida en la que había pan sobre la mesa un nippón le comentó que hablaba bien portugués y que sabía por ello que al "pan" se le denominaba así en su tierra, porque los jesuitas venidos de Lisboa lo habían llevado hasta allí, enseñado a hacerlo y a llamarlo "pao". Evidentemente, mi progenitor le explicó -en perfecto "portuñol", que es lo que hablamos los españoles cuando nos expresamos en portugués-, que si aquel tostado de harina se denominaba allí "pan", eso era lengua castellana y de Cervantes; nunca la de Camoes... . Tras una larga discusión, aquel japonés ya le dijo que comprendía lo que quería explicarle, pues era muy divertido saber que los españoles decían "pan" en japonés... . Mi padre terminó la conversación sentenciando: -"Mira, la perra gorda pa tí, yo ya no puedo más; después de una hora explicando.... Ahora resulta que los españoles llamamos al "pan", "pan" en japonés; porque estos de Japón nos lo han enseñado a decir así en portugués... ."-.
AL LADO:
Fotografía de mi abuela materna (Concepción Cobo) tomada hacia 1908 cuando tendría unos quince años. La vemos vestida de japonesa completa, con abanico, obi y todo, al parecer porque su padre era el concejal -de festejos- del Ayuntamiento de Madrid (Manuel Cobo Canalejas) y consiguió que por esos años se estrenara Madame Butterfly en la capital del reino. Tras aquel evento, que debió ser igualable en su repercusión y éxito, parece que mi abuela se enamoró de la cultura japonesa. En ese cariño o admiración hacia Oriente educó a mi madre, a la que siempre le encantó Japón (al igual que a mi padre); tanto que yo terminé por esas tierras -en parte gracias a la famosa ópera-.

ABAJO: Mis padres
(en el centro) junto a mis hermanos a los lados (Ma.José y Mario) imagen de Japón, unos setenta años después de la anterior (hacia 1977). La foto está tomada en el Mercado Central de Tokio; uno de los lugares del Mundo donde mejor pescado y pasta -japonesa- puede comerse.

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